Diez claves de la sociedad tailandesa

En este artículo nos gustaría hablaros sobre algunos aspectos claves de la sociedad tailandesa relacionados con sus normas culturales. Sobre todo, determinados detalles del comportamiento de los tailandeses, así como ciertas reglas y normas  de gran importancia para ellos a la hora de relacionarse en su vida cotidiana. De esta manera, bien sea en vuestro viaje a Tailandia, o en el caso de que decidáis pasar un largo tiempo en el país, todo resultará mucho más sencillo. A veces, las formas de actuar de los tailandeses pueden resultar totalmente opuestas a nuestra cultura occidental. Por ello, si queremos observar las normas culturales como muestra de respeto, será conveniente prestar un poquito de atención.
Yo mismo, después de bastantes años viviendo en este país y casado con una mujer tailandesa, todavía  me encuentro con cosas o situaciones que me cuestan  mucho, pero que intento siempre cumplir. Y eso que a los extranjeros se nos perdonan ciertas cosas,  ya que asumen que venimos de una cultura diferente. Un tailandés jamás podría comportarse como lo hacemos nosotros en algunas ocasiones.

Claves de la sociedad tailandesa y claves de comportamiento

Os voy  a contar 10 claves de la sociedad tailandesa que os ayudarán a entender mejor su comportamiento.

1.- Sonreír y hablar de forma amistosa, aunque estemos utilizando palabras claras de desacuerdo y  a pesar de estar enormemente “cabreados” por alguna situación.  El enojo visceral latino no está nada  bien visto y un tailandés jamás podría comportarse así. Esta parte suele resultar complicada de entender a un extranjero y, también es verdad que, como los tailandeses rehuyen  el conflicto, en determinadas situaciones concretas, puede ayudarnos a conseguir lo que queremos. Pero, hay que ser moderado, utilizarlo cuando la causa esté objetivamente muy justificada  y saber muy bien con quién se utiliza. Por ejemplo: A la policía, a los funcionarios o la familia de tu mujer mejor no se te ocurra hablarles de otra manera que no sea con una amplia sonrisa.

2.-Divertirse: La vida para los tailandeses tiene que pasar, obviamente, por “divertirse”, a su manera. De hecho, cuando se quiere decir que algo te gusta, se dice que es “muy  divertido” (en tailandés “Sanuk maak”). Precisamente, el pasarlo bien y disfrutar  del día a día les hace vivir mucho el momento presente, seguir hacia adelante sin darles muchas vueltas a los problemas que puedan tener y no agobiarse pensando en un futuro del que mucha gente piensa que ya está escrito. Un ejemplo de esta forma de entender la vida es el Festival de Songkran, con sus famosas batallas de agua. Desde el punto de vista de disfrutar del momento presente, los tailandeses son mucho más felices que nosotros, ya que se toman las situaciones desgraciadas mucho mejor que en el mundo occidental. Aquí no existen los psicólogos. Se trata, pues, de  otra forma de entender la vida, que redunda en un comportamiento opuesto al nuestro, que siempre andamos preocupados por el futuro y queremos tenerlo todo planificado y atado para que vaya bien. Al final, como todo en la vida, en el punto medio está la virtud justa ¡Creo yo!
3.- Autocrítica o perder la cara (“Lose face” en inglés) . Este punto es tremendamente importante en la sociedad tailandesa y condiciona mucho su comportamiento. El reconocimiento público de haber cometido una equivocación, de ser incapaces de hacer algo, o no saber algo, simplemente, no existe. Un tailandés jamás se dejará “atrapar”, bien sea de manera directa o bien mediante la palabra, en  una situación que le haga “perder la cara”. Suelen reconducir la conversación para que la otra parte se dé cuenta de su propio error y rectifique antes de que sea evidente, porque bajo ningún motivo pueden permitirse “perder la cara”. Es una cuestión cultural ligada a su propia valía personal y dignidad. Por ello, nunca debéis decirle a un tailandés que “no sabe”, “es incapaz” o se ha “equivocado”. Para nosotros, como occidentales, pueden surgir situaciones tan curiosas como que llamemos, por ejemplo, a un fontanero para que nos arregle algo y, al sentirse incapaz de arreglar el problema, simplemente no aparezca por nuestra casa con tal de evitar decirnos que no sabe hacer el trabajo. O que preguntéis algo tipo a “¿Cómo puedo llegar a este lugar?” y te contesten con gran premura y diligencia, aunque no sepan muy bien la respuesta  correcta.

Personalmente, a veces me resulta un poco descorazonador, porque realmente aprecio a este país y este miedo a” perder la cara” cala en ellos desde tan pequeños que a veces se convierte en un impedimento para mejorar y crecer personalmente.

4.-Evitar el conflicto y el desacuerdo. El día a día en Tailandia se desarrolla sin conflicto. Es muy difícil oír una mala palabra o ver un enfrentamiento.  En situaciones que les producen enfado, siempre mantienen la compostura y ponen una sonrisa, demostrando una enorme capacidad de auto control. En reuniones familiares y de amigos jamás se tratan temas comprometidos que puedan derivar en una situación incómoda o de conflicto. Simplemente, de ese tipo de temas no se habla. Ahora bien, es cierto que cuando ese autocontrol rebosa, se hace incontrolable y puede llegar a generar situaciones de violencia extrema.

5.-Mentirijillas: La percepción de la mentira y la verdad es muy diferente en Tailandia al mundo occidental. Para los tailandeses, decir pequeñas mentiras que eviten situaciones embarazosas o poco agradables es absolutamente habitual y común .

6.-Demostración del estatus adquirido: Este aspecto es, en parte, común a nuestro mundo occidental, aunque quizás esté algo más marcado. La tailandesa es una sociedad muy jerarquizada, en la que cada individuo quiere mostrar su nivel de progreso a los demás. Es muy habitual ver gente relativamente humilde con un 4 x 4, una Pick Up o un Iphone,  o ver cómo van los fieles, cuando hacen ofrendas al templo, con una especie de árboles de cartón llenos de billetes para demostrar lo que han conseguido prosperar. También es habitual construir una casa grande y de gran altura, con una verja estratégicamente colocada que permita que se vea muy bien la casa desde fuera. Poco importa que se consiga mediante un crédito obtenido, muchas veces, de haber empeñado terrenos de la familia. Cuestión que suele crear bastantes conflictos, cuando la parte de la familia más pudiente se niega a entregar sus posesiones en prenda, para facilitar que otro miembro de la misma se compre un coche o se construya una casa.

7.- Creencia en los espíritus: Es muy habitual, en cualquier estrato social, ser budistas, pero también creer en los espíritus. Es parte de las supersticiones de los tailandeses. En todas las casas debe haber colocada una Casa para los Espíritus en el sitio correcto. Ni que decir tiene que hasta yo mismo en mi casa la tengo (la podéis ver en la foto). Cuando me mudé, vino un Monje a señalar el lugar correcto para situarla y una vez instalada se celebró una pequeña ceremonia. Así que, recomiendo máximo respeto por esta creencia si se viene de fuera.
8.-Orgullo por su país. Los tailandeses tienen un fuerte sentido del patriotismo. Aunque cualquier persona es perfectamente aceptada si vive dentro de sus normas o costumbres, no es nada recomendable decir cosas negativas en contra de Tailandia cuando se está aquí.

9.- No pidas recomendaciones. Los tailandeses no quieren quedar en mal lugar contigo, por lo que si pides recomendaciones de lugares, restaurantes, tiendas o lo que sea, poco vas a sacar en claro. No quieren “mojarse”, para evitar quedar mal. Si quieres una recomendación en este sentido, mi consejo es que te dirijas a un extranjero residente.

10.- Ofrendas al Templo: En la cultura de Tailandia está muy arraigada la cultura de hacer “ofrendas al templo”, conocida aquí por la palabra “Tambun”. Cualquier ocasión es buena, ya que ir al templo supone hacer méritos en forma de rezos y, por supuesto, donaciones, en la mayoría de los casos en forma de dinero. Durante un año se hace en múltiples ocasiones.
Con este artículo sobre algunas de las normas culturales más importantes de la sociedad tailandesa, simplemente quiero compartir con vosotros mi visión de este país, la cual he ido forjando a través de los años que llevo viviendo aquí. En ningún momento pretendo juzgar. Es más, creo que nos enriquece mucho como seres humanos ver otras formas de comportamiento diferentes, aprender de ellas  e incorporar como nuestras las que consideremos más positivas. Siempre que esto se haga, claro está, respetando las de los demás y sin adoptar posturas absolutas.

Si tenéis vuestra propia opinión, o alguna pregunta, por favor, cuando leáis este artículo dejad vuestro comentario. Y si os ha interesado, os agradeceríamos que lo compartieseis con los demás en las redes sociales.

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